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Es una noche de agosto y siento un dejavú en mi vida. Mientras escribo en el blog, en mi computadora acomodada sobre el sofá de mi cuarto, al lado una mesa de noche con una lámpara encendida y una luz tenue que ilumina la habitación, mi taza de té y un playlist de Jazz al fondo. Ahora sí, ahora sí repito la escena que tenía en mi mente hace treinta minutos, mientras recordaba un pedazo de mi vida de hace diez años, con algunas diferencias por supuesto, antes lo viví en la habitación en la casa de mis padres, era mi primera laptop y una copa de vino, la lámpara al lado de mi cama y el Jazz siguen diez años después. Si me sincero esta noche, tuve una crisis de nostalgia mientras vi con los ojos cerrados en la caja de recuerdos de mi mente y le describí a mi esposo la escena que extrañaba. En esos segundos me di cuenta cuánto extrañaba tomar una pausa, sin afanes, sin preocuparme de mi check list por hacer, cuánto extrañaba escribir en este blog. La mayoría de las ...